Con 'C' de Cádiz

Guti: «Quiero que la denuncia social aparezca siempre en mis obras»

Manuel gutiérrez Rosales. Técnico en Salud Mental y Quiosquero

Acaba de pre-estrenar 'La encina y la libertad', un corto en el que personas etiquetadas por la sociedad reivindican su dignidad gracias a Telón Cádiz Inclusión, un grupo de teatro donde no se juzga a nadie

Guti, un currante de toda la vida que disfruta haciendo teatro. Francis Jiménez
Alfonso Carbonell

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Dicen que lo que no mata te hace más fuerte y de eso sabe tela del Telón Manuel Gutiérrez Rosales (Cádiz, 1969), un gaditano que debido a las penurias económicas de su familia tuvo que crecer junto a su hermano interno en el Picacho de Sanlúcar. Fue así, de primeras y siendo un niño, como comenzó a darse cuenta que la vida no iba en broma. De Sanlúcar pasó a vivir a Galicia, donde comenzó a trabajar en los campos y a aprender la dureza de una vida que él se ha empeñado en endulzar gracias a la poesía y al teatro.

Al Guti, como es cariñosamente conocido, se le puede ver los miércoles y viernes en el quiosco que la Asociación de Familiares y Personas con Problemas de Salud Mental de Cádiz tiene en la Plaza Mina. Pero donde más se le puede ver disfrutar es ensayando en el colegio Carmen Jiménez, donde hace teatro con sus compañeros y amigos de Telón Cádiz Inclusión.

Recientemente ha pre-estrenado su primer corto que lleva por nombre 'La encina y la libertad', donde da voz a una persona que se pasó más de veinte años en la cárcel y que, al ser libre, se ha visto en la calle marginado y etiquetado por una sociedad que no repara en lo que hay detrás de personas con problemas psiquiátricos cuando a muchos se les llena la boca hablando en du día a día de la salud mental de este u otro ricachón que lo suelta en la tele como el que come pipas. Guti se ha estrenado como guionista y director, pero antes ha interpretado papeles bajo los que siempre ha estado la denuncia social, temática de la que no se separa cada vez que escribe cualquier monólogo o cortometraje.

-¿De qué parte de Cádiz es?

-Yo nací en el barrio Santa María, en Santo Domingo, número 3, justo enfrente del convento, al lado de Efectos Navales, ahí nací yo. Y, bueno, allí estuve viviendo aproximadamente hasta los 7 años, porque mi padre era marinero. Después nos mudamos a la casa donde yo vivo ahora, que eran de la cofradía de los pescadores, de espaldas al cementerio, al lado de San José y en frente del BBV. Ahora han hecho muchos pisos nuevos por allí. Resulta que en un sorteo nos tocó el piso; la papeleta la sacó mi hermana Mari, que es la mayor jejejeje. Yo llevo ahí viviendo desde el año... O sea, cuatro días después de que muriera Franco.

-Andá. ¿Cómo recuerda aquel día?

-Yo era 'mu' chico, pero bueno, me acuerdo porque estaba en el colegio Generalísimo Franco, que era el del Campo del Sur. Se llamó Generalísimo Franco hasta el 78, que hasta que no se aprobó la Constitución no se le quitó el nombre. Estuve allí después del parvulito, que lo hice en la guardería del Pelícano, que está en la PuertaTierra.

-¿Y cómo son esos recuerdos en ese colegio?

-Allí estuve estudiando muy poco tiempo debido a que mi padre trabajaba muchos meses en la mar y mi madre no lo pasaba muy bien porque solo entraba dinero en casa cuando venían los marineros a tierra. Y claro, las mujeres que vivían de los marineros de aquella época, vivían pidiendo anticipos, anticipos, anticipos y dejando 'fiao' a los almacenes. Yo ya desde muy pequeño tomé conciencia del esfuerzo que hacían tanto mi madre como mi padre, pero mi madre quizá más. Mi madre, para que tuviéramos una infancia digna pues, por desgracia, bueno, no por desgracia, pero nos tuvo que meter en un colegio interno a mí y a mi hermano Pepe en Sanlúcar, en el Picacho. Ahí estuve yo 13 años, interno.

-¿Cómo lo llevó?

-Lo peor era lo que mi madre tenía que escuchar de mucha gente, de muchos vecinos, de amigos suyos que le decían lo típico de 'hay que ver, que manda los niños internos...', pero, claro, las circunstancias son las que son.

-Y en Sanlúcar deja de ser niño.

-No tanto porque al cumplir los 11 años nos fuimos a Galicia porque mi padre era gallego, y como mi abuela ya era viuda en el año 80 nos tuvimos que ir con ella

-¿A qué zona de Galicia?

-A las Rías Bajas, a Pintens, que es un pueblecito que pertenece a la parroquia de Hío y a la vez al concello de Cangas del Morrazo, que en gallego es como el ayuntamiento. Y allí que nos fuimos a vivir.

-¿Cuántos años?

-Unos casi 7 años. Allí trabajé yo desde que era un niño porque yo siempre he sido una persona muy activa, soy una persona muy activa.

-¿En dónde trabajó?

-Me iba a trabajar al campo de algunos familiares y a las viñas, que allí las viñas no son como aquí, allí son.. no 'vea'; tienen 3 metros de altura las viñas; no vea tú 'pa' subirse cómo son. ¡Ojú con las viñas! ¡Madre mía de mi 'arma'!

-¿Y después de esos siete años?

-Volvimos a 'Cádi'.

-¿Y qué tal con los gallegos?

-'Verá', Galicia está 'mu' bien, la gente es muy de esto [y se queda pensando una palabra].

-¿'Mu' triste ellos, no?

-Yo aquello no lo veía muy... 'Verá', yo allí tenía muy buenos amigos, las cosas como son, pero quería volver aquí; y eso es que yo cuando me fui era un niño, pero queríamos volver a Cádiz y lo hicimos a finales del año 86 aproximadamente.

-Además, de trabajar, ¿qué le gustaba hacer al niño que fue?

-Como actividades y eso, a mí siempre, y lo que más me gustaba hacer, era escribir monólogos y poesía.

-¿Ya desde pequeño?

-Desde pequeño. Yo he escrito en el año 2019, por el Día de la Mujer, que el ayuntamiento organizaba un concurso de monólogos sobre el maltrato, dos monólogos, uno para mí y otro para una amiga mía del teatro, y nos llevamos los dos primeros premios aquel año. Yo estaba atravesando una época muy mala porque recién había perdido a mi madre, en 2017, y a mi hermano, en 2018, y esta amiga del mundo del teatro me pidió que le escribiera un monólogo porque me vio mal.

-Gran detalle.

-Pues sí, porque yo estaba pasando una época muy mala, muy mala a nivel mental. Y entonces pues esta mujer me animó. 'Venga Guti, vamos a hacer esto, lo otro'. Total, que presentamos los dos monólogos, uno se llamaba a 'Nosotras' y otro 'Risas y llantos bajo el arcoíris'. Este último se lo dediqué a mi madre. Nos llevamos los dos primeros premios aquel año. Ya no he vuelto a participar.

-¿Y eso, joe? Ah, para retirarse en lo más alto, ¿no?

-Jajaja. No, no. Fue porque después ya me metí casi enseguida en el mundo de los cortometrajes gracias a John Petrizzelli, que es un actor muy 'contrastao'. Él es también director y realizador y hace cortos documentales sobre temáticas sociales; tiene un Emmy en Estados Unidos, y varios premios en Florencia y más sitios. En el el Corto de 'El Pozo', que hacía casi yo de cura, no 'vea'.

-¿No 'vea' qué?

-Porque nadie se esperaba mucho y la crítica en el Festival de Cannes habló muy bien del papel que yo hice de cura.

-¿Dónde se rodó ese corto?

-En Vejer, donde están los molinos, arriba; los tres molinos que quedan arriba de Vejer. Pues allí.

-Antes de llegar al teatro, cuénteme, si le parece, cómo fue ese retorno a Cádiz.

-Cuando llegamos a Cádiz parece que no, pero era como si hubieran pasado 50 años. Además, ya mi padre se había jubilado, se jubiló en 1984 por enfermedad de la mar. Llegamos a una circunstancia económica no demasiado buena. Entonces, yo era consciente de que de alguna forma tenía que colaborar porque yo no podía permitir que mi madre, que siempre estaba mala la pobre, verla luchar con una jabata 'pa sacá' la casa adelante porque mi padre cobraba una pensión que era una reverenda porquería.

-¿Y dónde trabajó?

-Yo he hecho de 'to'. Mira. Yo he 'trabajao' en el muelle de guardián de barco, sobre todo hacía las guardias de noche; he 'trabajao' en la aceitunas, en Jaén; he 'trabajao' en un montón de bares en Cádiz, en varias fruterías. También he 'trabajao' de aquella manera, como mucha gente en Cádiz.

-Haciendo chapus.

-Claro. De chapu y esas cosas. También, con un amigo mío, hemos 'trabajao' en San Fernando para miembros de la Iglesia Evangelista, que es lo que yo soy ahora, yo voy a la Iglesia Evangelista.

-¿Dónde está en 'Cádi?

-La Iglesia La Buena Semilla está en Huerta del Obispo, antes de 'llegá' a Martínez de Pinillos. He tenido que trabajar haciendo de 'to'; es que no había otra opción. Después también ayudé en GICOFA, Cooperativa Farmacéutica del Campo de Gibraltar, que estaba en Tres Caminos, pero ya no está porque quebró. En fin, un montón de cosas.

-¿Y ahora dónde está?

-Yo estoy en FAEM, Familiares y Allegados de Enfermos Mentales, que está aquí al 'lao', donde está el Instituto Fernández Aguilar, enfrente, que hay un campo 'furbo'.

-¿Y qué hace ahí?

-Yo llevo ahora el kiosco que tiene libros que hay en la plaza Mina, pero también soy miembro de la junta directiva. Pero ahora, ¿qué pasa? Que debido a la política de la Junta de Andalucía en cuanto a las subvenciones para las asociaciones de discapacitados, etcétera, etcétera, no está la cosa boyante, porque tú no puedes repartir por igual las subvenciones para contentar a 'to' el mundo.

-¿A qué se refiere?

-Digo que no se puede repartir a todos por igual cuando mi asociación es una, a nivel de Andalucía, de las más fuertes; tenemos cerca de ochocientos socios, nada más que en Cádiz. Y entonces, una asociación que tenga 20 socios y que haga tres actividades, que me perdonen, pero no, eso no puede ser. Tú tienes que dar a las asociaciones, del tipo que sea, cultural, de lo que sea, en razón de la actividad de los socios que tenga y de las actividades que se hagan.

-¿Y cuántas actividades hace su asociación?

-Uy, nosotros tenemos muchísimas. Hoy, precisamente, estaban esta mañana en enfermería con Marisa, una señora que es jubilada, que es enfermera y voluntaria; después también tenemos cognitiva, que lo da la psicóloga nuestra, Lourdes; tenemos también un programa de radio, tenemos también fútbol, batucadas.

-¿Desde cuándo está en FAEM?

-Yo ingresé hace quince años en FAEM como usuario; yo estoy 'diagnosticao' también aunque ya no me medico desde hace muchos; solo una pastilla de mantenimiento.

-¿Qué tiene?

-Yo tengo trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad, el TOC, 'agravao' con agorafobia, que también que tengo. Yo allí entré muy mal; era prácticamente un zombi.

-Y ha notado la mejoría como estoy viendo.

-¡Jodeeee! Anda que... Claro que sí. Eso sí, atrás he dejado muchas cosas. Yo estuve tocado por el cáncer de colon con 16 años, estando en Galicia. Después en 2006, otra vez, tuve un brote y lo pasé 'mu' mal, 'mu' mal, muy mal, 'mu' mal, pero muy mal. Pero malito, vamos, malito que casi...

-Bueno, Guti, pero no se me recree recordándolo.

-No, pero es que casi cogí el camino de la Villadiego, que no lo cogí de milagro. Y qué pasa, que todas estas cosas me sirven 'pa' yo; me llenan de vida, aunque parezca una cosa contraria. Cuando salgo de ellas, lo que pasa que me dejan una secuela espectacular; perdí el pelo, los ojos 'hinchaos', tengo la piel muy mal, un poquito de psoriasis por las entrepiernas... ¿'Pa' qué te voy a 'contá'? Tengo menos fuerza que un niño.

-Mientras no se meta en pelea no pasa 'ná', hombre.

-De hecho, tengo ayuda a domicilio en mi casa 'pa' que me ayude a hacer las cosas en mi casa y eso, porque yo no podría. No podría.

-Lo importante es salir adelante y veo que lo hace con una sonrisa. Eso es importante.

-Uy, eso sí. Yo no me vengo abajo. ¡Oh, yo no, yo no, yo no! Hay gente que se viene abajo por cuestiones nimias, tonterías, por pamplinas, y dices tú, '¿será posible? Si yo perdí, en el 2017, a mi madre, en el 17 a mi hermano y en el 20 a mi padre, en plena pandemia, que no murió de COVID, gracias a Dios. Pero eso, que ha 'sio' un cúmulo de cosas una detrás de la otra; no quiere decir que sea el más 'desgraciao' del mundo, pero bueno. Mis circunstancias.

-De todo se sale, Guti. Menos de la muerte.

-Bueno, he 'tenío' rachas económicas malas; yo cobro ahora una pensión digna, pero que claro, como están las cosas hoy en día subiendo esto y lo otro, pues he 'tenío' que optar por buscarme una salida, que no quiere decir que con esto me vaya a ser millonario, pero...

-Con lo de los cortos dice...

-Sí. Quiero ir poquito a poco, haciendo uno, haciendo otro...

-¿Cómo empieza en esto del teatro, de los cortos? ¿Cómo se le abre o abre esta ventana?

-Yo al teatro llego ya hace muchos años; estaba todavía en Sanlúcar, con un profesor mío de matemáticas, don José Luis Castaño Gálvez, que en paz descanse. Estando allí, una vez hicieron un concurso de teatro a nivel provincial, conmemorando algo de Blas Infante, el día Andalucía o algo así; no me acuerdo exactamente el por qué se hizo el certamen, pero sé que estaba relacionado con algo del día Andalucía. Y entonces este hombre escribió una obra que se llamaba 'Trilogía de una Quimera'; ya él a mí me conocía porque había hecho algunas cositas, pero muy poquitas, y me dio el papel principal de la obra. Yo hacía de un ciego, que después me reconvertía en una persona mala, porque lo que hice fue dividir los dos pueblos para que se enfrentaran entre ellos, en fin.

-¿Es fue su primera experiencia en teatro?

-Sí, y nos llevamos el primer premio.

-Joe, estoy aquí con un Uno.

-Jejeje. No es broma, nos llevamos el primero aquel año. Eso fue en el colegio del Picacho, en el salón de actos, que es muy grande. Ahora lo que pasa es que con el tema de la ESO, en 2006, cambió. Pero el Picacho en mis tiempos tenía cocineras, mucho terreno, y se vendió; allí han construido casas y también juega el Rayo Sanluqueño, que tiene el campo allí.

-¿En Galicia siguió con el teatro?

-En Galicia nada. Ya es cuando vuelvo a Cádiz de nuevo, que sabía que más tarde o más temprano iba a tener un poquito de suerte y me iba a poder abrirme un huequecito, que todavía no me lo he abierto, nada más que he hecho empezar.

-No está mal para acabar de presentar un corto. ¿Es suyo entero?

-Idea original, guion y dirección es mía.

-Ok, ok. Antes de llegar a ese corto, cuénteme qué papeles ha interpretado como actor.

-En 'La patochá' hice de un personaje pintoresco de Andalucía, que es una persona, un fracasado, un borracho...

-De cura a borracho, no está mal.

-No, ese fue anterior al de cura. Ah, vale, vale, vale.

-¿Estas obras son con el grupo Teatro Cádiz Inclusión?

-Sí.

-¿Desde cuándo forma parte de este grupo de teatro?

-Yo estoy prácticamente desde que se fundó en 2014. Eso se fundó desde la Asociación de familiares y allegados de enfermos mentales, pero entonces no se llamaba Telón Inclusión, se llamaba Telón Rojo Teatro Inestable de Cádiz; ahora, desde 2014, somos Telón Inclusión y estamos en el colegio Carmen Jiménez ensayando.

-Algo de eso me suena que me contó Pedro (López Raya). ¿Por qué ese cambió?

-Bueno, eso fue debido a que hubo unas diferencias y unas cuestiones personales, Pedro tuvo que dejar la asociación anterior y decidió fundar Telón Cádiz Inclusión y muchos de los actores de FAEM decidimos irnos con él.

-¿Cuántas obras han realizado desde entonces?

-Pffffff. Yo habré tenido casi 20 papeles entre cortos y obras de teatro; aparte, hago monólogos por mi cuenta. En 2013, la Fundación Telefónica nos dio un premio y tuvimos una gira por la provincia de Cádiz; también estuvimos actuando una vez en Sevilla y después, en 2015, me llegó mi primera gran oportunidad para el grupo Salam Paz Teatro, que es una organización que integra inmigrantes del Sahara y que están en Cádiz, en Puerto Real, en El Bosque.

-¿Qué obra fue?

-'Saharauis, mundo de mujeres', que duraba una hora y cinco minutos la obra.

-¿Qué le gusta más, el teatro o los cortos?

-Yo desarrollo más mi personalidad cuando hago teatro, las cosas como son. Es más puro porque el teatro es verdad, el cine no. El cine no es verdad. Yo le tengo que agradecer a Pedro, mi director, haberme enseñado todo lo que sé; él me ha explicado cómo son las cosas, que no son fáciles, que son un poquito duras, que todo no es 'llegá' y 'pegá', que hay que 'estudiá'.

-¿Se pone nervioso antes de actuar?

-Sí, sí. Yo me pongo nervioso, pero eso no es malo, eso es bueno.

-¿Y se le pasa en las tablas?

-Es que cuando salgo a la tabla es distinto, cuando antes de entrar me entre unos intríngulis que no veas. Pero que eso no es malo, eso es bueno, eso es responsabilidad. Lo que no se puede 'hacé' es llegar allí y 'venga, vámono con lo que sea' o 'a vé cómo me sale esto'... Eso no porque entonces la caga. El pasado 20 de enero actuamos, con el Ayuntamiento, en La Lechera y fue un exitazo, un exitazo rotundo, no es que lo diga yo.

-¿Qué obra llevaban?

-Llevábamos 'La alabardera y el rey' y fue muy gracioso; yo hacía ahí de Donald Trump. El grupo hizo tres obras cortas; Rosana Baena hizo un monólogo muy bonito y muy gracioso sobre una mujer que se iba a casar pero que por desavenencia con la iglesia se puso nerviosa.

-¿Cómo le entra la inquietud de meterse a dirigir un corto?

-Cuando hice 'El Pozo' hace cuatro años comencé a sentir que, como actor de teatro, aficionado que soy, también quería hacer algo más. Ya antes, tanto John Petrizzelli como el cantautor uruguayo Pablo Sciuto me animaron y me dijeron a ver si era capaz de aprovechar la oportunidad que me daba Pedro, que había pensando en mí para escribir el guion de la 'Patochá'; al final lo escribí pero pasó una cosa muy curiosa cuando lo rodamos por los callejones, por la Viña y la gran parte, en la peña Enrique Mateo. Resultó que el día para rodar, a pesar de que todos nos sabíamos el guion, es increíble, como personas diagnosticadas, o etiquetadas que nos pone la sociedad, fuimos capaces de ni guion ni gaitas, lo improvisamos 'to'.

-¿De qué iba ese corto de la 'Patochá'?

-Iba sobre un borrachín, un 'acampao' que pensaba que iba a triunfar como cómico. Nos fijamos mucho en la trayectoria de los personajes que pasaron por el programa de Jesús Quintero, que ya han fallecido 'tos', como El Risitas, El Peíto, Tito de Triana, El Penumbra. El corto es un homenaje a ese tipo de personas, que no eran cómicos ni 'ná', sino que en circunstancias muy raras de la vida hacen algo que cae simpático a la gente y de buena a primera los explotan, los explotan, los explotan... Ellos, que nunca han tenido un duro, se ven con dinero y acaban mal.

-La pasada semana hizo el pre-estreno de su primer corto en la Asociación Entre dos Puentes. ¿Cómo fue?

-Muy bien, muy bien, muy bien. La verdad que yo no esperaba la respuesta que ha tenido, porque no es lo mismo verlo en el móvil que verlo en un pedazo de pantalla, que no vea, que tienen ahí, que espectacular.

-¿Cuánto dura y cómo se llama el corto?

-'La encina y la libertad' y dura dieciséis minutos aproximadamente.

-¿Dónde se puede ver?

-Ahora mismo no puedo ponerlo alegremente en las redes sociales, porque estoy pendiente de inscribirlo en varios festivales. Hice el pre-estreno porque se puede hacer.

-¿De qué va?

-La historia va de las cosas que han hecho en su pasado personas que están en la calle porque esas cosas le han llevado a eso, a estar marginados en la calle. La gente hoy en día, yo creía que no, pero parece ser que lo sigue juzgando, discriminando. Porque incluso el que pide, como explico en el corto, incluso el que pide 'pa' bebé'... '-¡Es que pide 'pa' bebé! -Bueno, ¿y tú sabe el problema, las circunstancias, el porqué esa persona está bebiendo, el porqué esa persona actúa de esa manera, el porqué na má que quiere bebé y que esa botella es prácticamente la única amiga que tiene, ¿por qué es la única amiga que tiene? A lo mejor esa persona está así por una cuestión de amores, ha sio porque la dejao la mujé, ha sio porque ha perdio el trabajo...?' Yo qué sé. Creo que no hay que juzgarlas y se les juzga.

-Se refugian en el alcohol para olvidar.

-Así es. Sin embargo, El Belloto, que es el protagonista del corto, de ahí lo de la encina, es una persona que, a pesar de tener su pasado y sus cosas, pues el hombre está intentando salir 'palante', de hecho, yo le veo buen camino. Ha influido en que él que también ha acudido a la iglesia evangélica. Y la verdad es que el hombre está mirando 'palante', no mira 'patrá'.

-¿Quién interpreta al Belloto?

-Se llama Luis González. Yo, aunque no quería salir, salgo en el corto porque el productor y el realizador vieron necesario que saliera complementándole a él, del que también soy amigo en la realidad. Se le conoce como el belloto y lo de la libertad es porque él estuvo mucho tiempo privado de ella. De ahí el nombre del corto.

-¿Dónde quiere presentar el corto?

-Yo quiero llevarlo a la UCA, a la sala ECCO, donde gracias a Dios tengo buenos amigos por allí y no tendría problemas en llevarlo.

-¿Algún proyecto en la cabeza?

-Ahora tengo varios. Tengo uno en Málaga con un personaje famoso que no puedo decir quién es. Muy, muy, muy famoso y que va a participar. Era cantante y es una persona que vive en Málaga que es muy conocida en España. Muy, muy conocida.

-¿Y cómo ha contactado?

-Me puse en contacto con él a través del Belloto, porque tanto el Belloto y yo somos de raza gitana.

-Y este cantante también es gitano.

-Es gitano, sí.

-Más pistas...

-Y el Belloto lo conoció en persona, habló con él y se dieron los teléfonos y ya tenemos un productor.

-¿Y en qué consistiría el proyecto?

-Aunque esta persona no quiere salir en ningún sitio, sí que haría un corto documental así en plan más humilde y lo haríamos con él. Después tengo otra cosa pensada con un miembro de la Asociación Entre dos Puentes con una asociación de mujeres de Cádiz que quieren que hagamos un documental sobre el maltrato. Y si Dios quiere en octubre voy a rodar mi segundo corto, que ya se está maquinando porque la gente se cree se hace en dos días.

-¿Cuánto le ha llevado a usted?

-Lo primero es encontrar una productora que invierta y después, todo lo demás. Este corto lo empecé a maquinar, si te digo la verdad, en junio del año pasado, pero lo disfruto mucho porque me llena; además, yo siempre hago cosas de denuncia social. He hecho monólogos vestido de mujer en la Escuela de Suboficiales de San Fernando 'pa' más de 400 personas que lo hacía con una amiga mía que salía al final.

-Le gusta más escribir que interpretar.

-Sí, además, ahora, en el corto que estamos haciendo sobre la historia del grupo tampoco, quería no hacer un papel muy extenso porque hay otras personas que están empezando y se merecen salir más tiempo que yo, que llevo ya unos años y aquí en Cádiz soy relativamente conocido.

-¿En qué va a consistir su próximo corto?

-El próximo corto que tengo pensado hacer lo voy a hacer con tres compañeros del grupo; Cristina, la de las rastas; Karina Brando, otra compañera nuestra y otro miembro y amigo del grupo, Manuel Rodríguez Cárdenas. Voy a hacer un corto de temática social también muy fuerte. Ya te digo, me gusta que mis cortos tengan denuncia social.

-Pues habrá que estar atento. Muchas gracias, Guti,

-A ti.

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