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Cádiz CF

La burbuja que acabó explotando

El club había preparado un mosaico para recibir a un equipo con el que el divorcio es absoluto en la enésima medida alejada de la realidad

¿Rabia, alegría o choque frontal?

El fondo sur no colaboró mucho con el mosaico oficial. antonio vázquez

Alfonso Carbonell

Cádiz

La burbuja en la que deben estar viviendo los gerentes del Cádiz CF debe ser tremenda. De lo contrario, no se acierta a adivinar a cuento de qué desde la directiva amarilla se intentase animar al personal con la constitución de un mosaico con el que recibir a un equipo en pleno divorcio con su afición. Una vez más, la sensación de esta entidad es que el que lleva el volante ni está en la calle ni se le espera.

¿En la cabeza de quién estuvo la idea -que acabó en lógico fracaso- de hacer un mosaico antes de un derbi que ya venía descafeinado de antemano? No queda otra que pensar que en los trasteros del club de la Plaza de Madrid sobraba papel y había que darle salida como fuera. Y eso hicieron para sorpresa de una afición que lo que se encontró antes del encuentro por los alrededores del estadio fue cantidad de billetes impresos con la cara del presidente del Cádiz CF imitando el verde de los 500 euros en clara protesta por la poca capacidad de fichar durante los cuatro últimos mercados de fichajes y que ha desembocado en un descenso y en una permanencia en segunda más que decepcionante.

Billets y aviones acabaron sobre el césped. a. v.

Para empezar, las gradas estaban parcialmente vacías coincidiendo con la salida del Cádiz CF al terreno de juego. De hecho, la entrada que se registró fue la más baja de toda la temporada con algo más de 13.000 espectadores, un 60% de la capacidad del feudo gaditano. A esto, a esa desilusión imperante en la masa social amarilla se le unió la poca y más que comprensible colaboración de los hinchas puesto que pocos o muy pocos hicieron el amago de levantar las cartulinas azules y amarillas que el club repartió por los asientos en los momentos previos al encuentro. En definitiva, cero interacción con el personal. Normal.

Los billetes con la cara del presidente volaron igual o más que los avioncitos. a. v.

Una vez empezado el encuentro ya sí que se comenzó a dar uso a las cartulinas, pero para convertirlas en aviones de papel que planearon sobre el verde para terminar precipitándose sobre el césped, que quedó convertido en un pequeño aeropuerto infantil. Las calvas que se reflejaban en las gradas no fueron más que la señal inequívoca de que este Cádiz CF no engancha de ninguna de las maneras. Esa frialdad con la que se recibió al once de Garitano fue tornándose en crispación con unos jugadores que, una vez increpado el palco con descalificaciones y cánticos de dimisión, también fueron sujetos de las protestas al tener que escuchar aquello de mercenarios o que se fuesen a la feria de Sevilla con su presidente.

Para colmo, el espectáculo que estaba dando el Cádiz CF, perdiendo ante un equipo con dos jugadores menos, era tan lamentable que muchos seguidores optaron por ir abandonando el estadio perdiéndose así la remontada final de un equipo que celebró la victoria como el que acaba de coronar el Everest.

El resultado fue el que fue y como no puede ser de otra manera resultó un fiasco para aquel que creyese otra cosa desde su burbuja, esa en la que vive un club que se dirige a través de sus redes sociales con el mismo sentido común que bien podría tener un mono. Eso sí, otra cosa no, pero en las redes el Cádiz CF es el 'nomber one'.

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