Opinión
Animadversión al mérito y capacidad
La historia pasada (caso Faffe), presente (Ábalos) y futura (sin género de dudas que volverá a acontecer), es la historia del desprecio a los principios de igualdad
La historia pasada (caso Faffe), presente (Ábalos) y futura (sin género de dudas que volverá a acontecer), es la historia del desprecio a los principios de igualdad, mérito y capacidad. Es la historia de la centenaria marca del PSOE en lo concerniente a la provisión de empleos públicos. Para el futuro han previsto un sistema que a buen seguro transgredirá los referidos principios, como modo de seleccionar al 40% de los futuros jueces, para los que espero no les exijan el carnet en la boca, porque terminarán atragantados con el capullo de rosa, cuyos pétalos acariciarán las amígdalas, prueba palpable de que entrarán por la puerta de atrás demasiada gente, potenciales pacientes a ser intervenidos de esas incómodas pelotas, a las que recurrimos cuando se nos ponen de corbata.
Dichos principios son exigencias generales para la selección de los empleados públicos, valorando sus méritos académicos o profesionales y sus competencias para el servicio público. La Faffe, un «lugar para el enchufismo» del PSOE y «la colocación de afines» al poder en Andalucía durante los ochos años que estuvo la fundación en activo, responsable de la conformación parcial de la llamada Administración Institucional de la Junta de Andalucía. Ahora, en un gesto de magnanimidad por parte del nacional-socialismo-comunismo que nos desgobierna, se promulgó el RD-Ley 14/2021, de 6 de julio, de medidas urgentes para la reducción de la temporalidad en el empleo público. Todo ha sido una engañifa y así lo demuestra el primer párrafo de su Exposición de Motivos que, alude a la CE como justificación de este. Se remite a su artículo 103 que, exige a la Administración Pública que el desempeño de su actividad se realice con garantía de objetividad e imparcialidad y con sometimiento al principio de eficacia. A colación con esto, no debemos olvidar el acceso como temporales laborales y administrativos (interinos), en los que en muchos casos prevaleció la omisión directa de dichos principios (en las «casas del pueblo» saben mucho de ello).
Cuando se crea la Junta de Andalucía, lo lógico hubiera sido partir de las Diputaciones provinciales y crear una administración sobre la base de la prudencia administrativa, basada en los principios de la racionalidad, la eficacia y la eficiencia en la gestión que se encomendaba. La Faffe y el caso Ábalos tienen un común denominador en sus altas instancias, el puterío socialista. Estoy seguro y Uds. (¿es así no?) también que, las altas instancias reclutadoras en los procesos selectivos previstos sin oposición serán más serios. Sólo faltaría que Jessica, Andrea, Claudia, Nicole…terminen con Toga, puñetas incluidas…y sus vistosos (presumo) tangas de colores.