OPINIÓN
Apagando el apagón
Vivimos al borde del apocalipsis continúo desde el año 2020 y cada vez que parecemos estar tranquilos llega un nuevo fundido a negro
Vivimos al borde del apocalipsis continúo desde el año 2020 y cada vez que parecemos estar tranquilos llega un nuevo fundido a negro, como el pasado día 28 con el gran apagón. Y hay días que uno recuerda dónde estaba: el 11S en el Hospital ... con mi abuela, el 11M en casa de mis padres, el día del asesinato de Miguel Ángel Blanco con mis amigos en casa de Irene, el anuncio del encierro buscando un ordenador para la que hoy es mi pareja «por si te encierran». Y el día del apagón en Santa Justa, con 48 viajeros seniors (mayores de 70 años) tratando de que lo anormal no pareciese más anormal y evitar nervios lejos de casa.
Ese día vi grandes cosas y grandes personas. Lo primero fue el personal de Adif (incluyendo los de seguridad), que mostraron humanidad y empatía en una estación cerrada pero en la que habilitaron baños y permitieron a los más mayores acceder al hall. Aquí, ese mismo personal se encargó de darles agua y tranquilizarlos. Y a los que, como yo, teníamos gente dentro y fuera (hasta que un policía Nacional realmente agradable, me ayudó a meterlos a todos dentro, sin perder la sonrisa para que no se asustasen más de lo debido) nos dejaban movernos para tratar de mantener la calma con ellos y ver como estaban.
Seguramente será un día que no olvidaré jamás, una experiencia más en mi trabajo que añadió un componente emocional: ser la barrera entre el miedo de quien está en la otra punta del país, sin poder comunicarse con los suyos y con la ansiedad de no saber qué iba a pasar con ellos en un momento de incongruencias, bulos y fakes. Por suerte, gracias a los compañeros de ADIF y a los compañeros de la empresa en la que me encuentro trabajando todo fue solucionándose y ellos casi no se dieron cuenta de lo que pasaba.
Tanto es así que ayer, cuando los dejaba, una persona vino a pedir perdón por la única perdida de papeles que se había dado. La razón, eso ya lo sabía yo, creía que era algo puntual en Sevilla y que estaba afectando a toda España.
Así que sí, no me olvidaré del Gran Apagón, ni de la gente que estuvo a mi lado.