investigación

Hipótesis inédita del 'ídolo' de Cádiz

Este singular edificio, conocido solo a través de fuentes documentales, y objeto de debate durante siglos, estuvo situado en mitad de la antigua isla de Gades hasta su destrucción en 1145

Mapa de la isla de Cádiz, con localizaciones de la antigua Gades, Torregorda, donde pudo situarse el «ídolo» de Cádiz, y Sancti Petri. uma

L.V.

CÁDIZ

El profesor Manuel Álvarez Martí-Aguilar, investigador del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Málaga (UMA), ha llevado a cabo un riguroso estudio que reinterpreta uno de los mayores enigmas de la historiografía peninsular, el 'ídolo' de Cádiz, como un cenotafio (monumento funerario) erigido por Juba II, rey de Mauritania, en memoria de su padre, Juba I, rey de Numidia.

Este singular edificio, conocido solo a través de fuentes documentales, y objeto de debate durante siglos, estuvo situado en mitad de la antigua isla de Gades hasta su destrucción en 1145. Hasta ahora, el 'ídolo' de Cádiz se había descrito en más de una treintena de fuentes cristianas y árabes como una alta torre escalonada coronada por una estatua dorada.

Sin embargo, «pese a la abundancia de testimonios literarios, su naturaleza, función y autoría habían permanecido sin una explicación concluyente», apunta Álvarez Martí-Aguilar.

Este hallazgo parte de una exhaustiva investigación emprendida con el objetivo de esclarecer la función y el origen del monumento identificando al personaje representado en la estatua y ofreciendo una nueva interpretación en su conjunto.

Para ello, el investigador de la UMA llevó a cabo un análisis comparado de las tradiciones literarias árabes, contrastándolas con evidencias textuales e iconográficas de época romana. Desde aquí, el estudio plantea una hipótesis inédita: el monumento gaditano habría sido un cenotafio erigido en mitad de la isla de Gades por el rey Juba II de Mauritania (finales del siglo I a.C.) en memoria de su padre, Juba I, rey de Numidia, cuya estatua habría coronado el edificio.

«Esta nueva lectura sitúa al ídolo de Cádiz dentro de la tradición de los monumentos funerarios reales númidas del norte de África, y sugiere además que el edificio pudo tener un valor conmemorativo relacionado con las expediciones atlánticas de Juba II hacia las Islas Purpurarias y Canarias«, aclara el investigador.

En este sentido, el estudio sugiere que el monumento también habría funcionado como referencia visual para la navegación atlántica impulsada por el monarca mauritano, y respondería a una estrategia de memoria dinástica númida en la que se combinarían elementos arquitectónicos púnicos y norteafricanos, y una ubicación con gran valor geográfico y cultural.

Nuevas vías de investigación

Las hipótesis que abre el trabajo abren nuevas cuestiones para la reflexión histórica, como el beneficio que tuvo que suponer la construcción de un edificio de semejantes proporciones para la ciudad de Gades, al igual que las diversas iniciativas económicas de Juba II en la costa atlántica norteafricana y las Canarias.

«El cenotafio de Juba I, con su explícita celebración de la identidad númida, podría haber contribuido a canalizar la reivindicación de dicha identidad y de un pasado prestigioso en términos similares, emitiendo un mensaje de integración en las estructuras del imperio dirigido a las poblaciones de origen norteafricano», manifiesta Álvarez Martí-Aguilar.

Este trabajo no solo renueva el debate en torno a uno de los hitos más legendarios del paisaje gaditano, sino que «abre nuevas vías de estudio sobre la proyección de la memoria real númida en el occidente romano, y sobre las relaciones culturales y políticas entre Hispania y el norte de África durante el gobierno del emperador Augusto«, concluye el investigador.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación

OSZAR »