Sin Acritud
Una 'tradición'
Un sector, muy minoritario y muy violento, considera que es una obligación 'moral' enfrentarse a la Policía Nacional, quemar coches y crear el caos absoluto
Negociar un nuevo convenio del Metal en la provincia de Cádiz sin que haya violencia es imposible. Literalmente imposible. Un sector, muy minoritario y muy violento, considera que es una obligación 'moral' enfrentarse a la Policía Nacional, quemar coches y crear el caos absoluto. Lo entienden como una muestra de respeto a sus padres y abuelos que en los años 70 y 80 protagonizaron la verdadera lucha del Metal. Sin embargo, aquello sí que lo fue, pero lo de hoy es otra cosa. Lo de hoy es un grupo de encapuchados que aprovechan esa 'tradición' para incendiar las calles. Literalmente también. Para dar rienda suelta a sus más bajos instintos y volcar sus frustraciones en los agentes de Policía, enemigos por definición. Da igual en qué punto esté la negociación. No importa lo que reivindiquen los trabajadores ni lo que ofrezca la patronal. El convenio es la excusa para que un par de centenares de los más de 30.000 trabajadores afectados, monten una batalla campal. Eso sí, con la connivencia de los sindicatos, que no participan, pero alientan. Les dejan hacer.
Podríamos analizar las actuales condiciones laborales y económicas de este sector. En comparación con otros -el turismo por ejemplo-, se pueden sentir unos auténticos privilegiados. El suyo es uno de los convenios más altos de España. También podríamos hablar de que para las grandes compañías -como Navantia, que tiene convenio propio-, aumentar los salarios es un contratiempo, pero lo pueden asumir. El drama es para el pequeño taller de la esquina, para el que es imposible afrontar tales sueldos. Y son miles de puestos de trabajo los que crean esas pequeñas empresas. Pero nadie piensa en ellos. Al fin y al cabo ese mecánico que se hace autónomo, monta su propio taller y contrata a dos personas no es más que un empresario explotador.
Así que sí. Negociar un nuevo convenio del Metal en la provincia de Cádiz sin que haya violencia es imposible. Da igual lo que pidan unos y lo que ofrezcan otros. Se va a liar parda. Es una 'tradición' que se repite y se seguirá repitiendo cada dos años.